martes, 21 de noviembre de 2006

La posta de la historia argentina

San Martín era un espía inglés masón judeo-comunista. Porque eso existe y no se contradice, en serio. No, yo no conozco a ningún gordo de Parque Rivadavia

Belgrano se la manyaba doblada y por eso nunca ganó nada, como militar, si no le podía hacer el aguante ni a Mariquita Sánchez de Thompson. Era el Gimnasia de la Plata de la revolución.
Moreno garchaba con Castelli después de salir a punguear por la casa de Alvear, porque nació en fuerte Apache y necesitaba bancarse el raspador para tocar con Piolavago.
Rosas era buena onda, amaba a los animalitos, pero si no te veía empilchado de rojo te empalaba y así mató a más gente que Stalin.
Mitre invadió Paraguay porque tanto acá como en Brasil y Uruguay andaban cortos de mucamas.
Sarmiento no sabía leer, tenía un teleprompter en la oreja.
Roca se hacía culear por los mapuches y por eso se entretuvo tanto tiempo masacrándolos.
A Pellegrini no le decían "paja larga" porque fuera rubio y alto.
A Yrigoyen le decían "el peludo" y no usaba barba.
Perón era como la Biblia: todo lo que se dice de él es verdad, incluso las partes que se contradicen entre sí.
Frondizi se travestía y salía a hacer la calle con J. Edgar Hoover.
Illia le ponía LSD al mate y es el padre de Paolo el Rockero.
A Onganía le cabían las fiestas negras y sadomasoquistas, placer que compartía con Pelé, Havelange, Blatter, Uriburu, Farrell, Ramírez, Rojas, Aramburu, Levingston, Jorge Dorio, Lanusse, Videla, Viola, Bignone y el ebrio empedernido de Galtieri (aplausos a lo Samarbide)

Disclaimer: No me hago cargo un carajo de todo lo que dije en éste post. Si no tenés sentido del humor, andá a leer La Nelly o comprate un Barcelona y manda cartas de indignación. O puteame, ahí agregué la opción en la barra de la izquierda, copate.

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