lunes, 26 de marzo de 2007

Instrucciones para bailar


Ingredientes: Se requiere un cuerpo ente. Algunos puristas dirán que se necesita en su integridad y con buen estado físico, pero un torso es más que suficiente. Luego hace falta un buen fluir sobre algo etereo y armonioso, como ser, música. No es imperioso que esté presente en ese instante, basta con que haya existido alguna vez y uno pueda recordarla, aunque, claro, lo primero es recomendable. Buena predisposición es tener el alma en paz, o curiosa, o inquieta; cualquier estado que incite al movimiento será perfecto. Compañía y de la buena o soledad absoluta, depende de cada uno.
Ejecución:
Para empezar, es fundamental liberarse de toda contractura, vergüenza, convención e inhibición social, ya que nos hacen toscos, duros, oxidados: si hemos encontrado la melodía adecuada, nada más importa. La intoxicación puede ayudar, pero en la mayoría de los casos genera una falsa ilusión, ya que la descontractura que buscamos es endógena. Por consiguiente, es fácil caer en la tentación y confundir a alguién que cree haberlo logrado cuando, por caso, llevan una corbata en la cabeza o se han sambullido en una pileta. La verdadera marca de la bestia (liberada) se ve pura y exclusivamente en la danza.
Logrado lo anterior, se aplica la música: cuando ésta es concreta, el método de reproducción es indistinto. De lo contrario, debe ponerse finamente la púa del corazón sobre ese eterno vinilo que tenemos en la memoria y dejar que sintonice la melodía adecuada. Lo recomendado son buenos ritmos, movidos, en especial cuando surgen del centro mismo de la tierra y de nuestros orígenes; ritmos, en definitiva, que convoquen a la gente e inviten a la convención del alma. Evitar, sin embargo, todo lo que pueda aturdir la audición y, por asociación, el espíritu.
Finalmente, hay que mover la humanidad: se empieza siempre por los pies, que han de estar cómodos y libres para ser seguidos por las caderas. Cuando todo sale bien, la acción se concentra aquí, en caderas y pelvis, siendo los brazos y la cabeza meros accesorios. Sin embargo, toda morfología es secundaria frente a la vital importancia que cobra el torso en éste punto. Es posible bailar sin pies, cintura ni manos, en tanto tengamos un pecho y dentro suyo pulule un alma, que es verdadero motor de éste arte. Es una condición metafísica sine qua non el movimiento es posible, ya que el alma conjuga todo: una vez que el pentagrama empieza a retumbar en el cerebro y el corazón hace lo propio por quien tenemos en frente, nuestro espíritu reordena al cuerpo para liberarlo y que logre soltarse. Sólo hay danza cuando de nuestro interior parte la orden de dejar fluir al cuerpo y que se funda con la música y con todo lo que nos rodea.
No se baila con el cuerpo, sino con el alma, y es lo más importante que hay que recordar cuando se intente conectar con alguien. He ahí la esencia verdadera de todo. No se baila con el cuerpo, sino con el corazón, y es la única forma de alcanzar, así, la inmortalidad en la danza. Puede, no sería extraño, que el bobo ceda y se perezca ("trascender" sería más apropiado para un lingüista que sepa de lo que habla) en medio de éste noble fluir, pero poco importará: al fin y al cabo, nadie podrá arrebatarnos lo bailao.




Para mis viejos y sus amigos, que me inculcaron el placer,
y para Kriz y Anita, a quienes siempre se puede ver demostrando lo anterior empíricamente.

Marketing

En el Weblog sobre weblogs de Clarín, dice Jeff Raikes, presidente de la división de negocios de Microsoft:
“Si vas a piratear un programa, que sea nuestro. Lo importante es que la gente se instale nuestros productos. De este modo, personas que, en principio no se los instalarían, finalmente acaban comprando licencias oficiales. Tenemos que instar a la gente a adquirir licencias legales, pero no es buena idea presionar con fuerza tal que perdamos a los potenciales compradores”.

Nunca lo van a admitir, pero en nuestro país seguro que hasta los fabricantes de autos fomentan la lógica del marketing viral, a sabiendas de como funciona nuestro mercado. Deben razonar algo como: "Si van a robar autos, esperemos que sean de los nuestros. Lo importante es que la gente, tanto compradores como ladrones y reducidores, use nuestros productos. Al fin y al cabo, cuando el reducidor de Warnes la junte con pala se va a comprar el auto que más le haya gustado, o va a quedarse alguno de los aganados. Y cuando el usuario vaya a comprar un repuesto trucho, pensará 'Si éste tipo tiene éste auto y no otro, por algo será.' Tenemos que instar a la gente a adquirir automóviles legales, pero no es buena idea presionar con fuerza tal que perdamos a los potenciales compradores."

O no, y por algo yo no me dedico a los negocios...

martes, 20 de marzo de 2007

La puntita, nomás

A veces es difícil navegar por el mar de incertidumbre que nos genera tener algo en la punta de la lengua. No voy a explayarme sobre esa sensación porque ya ha sido agotada en éste artículo de orsai, de forma más completa y divertida de la que podría haberlo hecho yo. Básicamente da cuenta de la forma en la que Google evita toda esta situación con una simple búsqueda. Sin embargo, no todos los avances tecnológicos pueden evitar éste proceso; en muchos casos, lo exacerban.

Mis viejos me llamaron estando de vacaciones a 7300 kilómetros de distancia. Hablé un rato con mi madre y antes de cortar, desesperado, se abalanzó sobre el teléfono mi presunto padre:

-Hola, pa.
-¿Cómo se llama el club que está en Sarandí y no es Arsenal, que juega en la D?
-¿El Porvenir?
-¡EL PORVENIR! ¿Podés creerlo? ¡Toda la tarde estuve! Había unos mexicanos en un shopping hablando de Boca, de Bianchi y yo quería decir "Mirá como estará el fútbol argentino si _________ juega en la D." y no me salía. Gracias, chau.


La búsqueda de información avanza y las comunicaciones también. Se ve que el mambo es nuestro...

lunes, 5 de marzo de 2007

El arrabal

Casi tropieza con el escalón de la salida. Botella en mano, profirió improperios en su patinada media dicción, al patovica botón, esa trola desalmada y a todo el mundo en general, porque correspondía. Al levantarse y sacarse el polvo de las rodillas, agradeció que aún fuera de noche. No habría soportado otro viaje con el sol de frente quemándole las retinas, pensaba mientras doblaba la esquina de Honduras. Caminar por Palermo a estas horas no es seguro, cavilaba: no posee la cantidad de leyendas tenebrosas de Flores, ni los violentos engendros de Lugano; ni siquiera cede ante la gravedad del agujero negro radicado en Parque Chas. Pero tiene sus peligros, razonó. Dobló la esquina y entró en un callejón que se le hacía familiar: ha caminado por allí muchas veces, pero más lo ha transitado con la mente. En algunos cafetines del barrio se cuenta la leyenda del arrabal, trampa para bohemios ebrios que salgan a patear sin rumbo fijo entre las dos y las cuatro, los días que mengua la luna. Trastabilló y cayó, intentando recordar el resto de la historia sin éxito, mientras la oscuridad se abalanzaba sobre él. Una botella recorrió frenéticamente el empedrado y chocó contra el cordón, con un ruido seco de plástico contra cemento y la etiqueta de un glaciar montañoso mirando al cielo.



sábado, 3 de marzo de 2007

Era Bardahl



Alguno recordará un post anterior, donde pedía desesperado una publicidad de WD-40 que había visto unas pocas veces. Pues un alma caritativa (creo que Kriz) me refrescó la memoria y me dijo que la publicidad no era de WD-40 sino de un aerosol de Bardahl. Con la nueva data, busqué y Youtube me bendijo con esto. Ahora mi vida es completa. Gracias, y disfruten.