
Dios dice que creó el Jardín del Edén y puso allí al hombre "para que lo labrara y lo guardase", pero no para que lo haga suyo, lo domine, lo modifique. Los teólogos dirán que eso sería blasfemia o soberbia. Dios creó un mundo para que el hombre hiciera sólo lo que él quería. Fue, así, el primer creador de código cerrado del universo, y su esfuerzo por milenios sería que el hombre no se adueñe de la tierra que había creado para él.