[El siguiente escrito es el primero de una serie de tres artículos que sigue en El Mito y el Rito parte II: la distancia mítica y concluye en El Mito parte III: Cosas Imposibles]
-¿Qué es el rito?El rito es la reinterpretación del mito, la puesta en movimiento que lo actualiza. Surge como una necesidad: el mito es visto y vivido por pocos (o nadie, dado su caracter mítico) y la tradición oral puede no alcanzar para la subsistencia del mismo. Por eso se toma la idea original expresada en la narración mítica, se corren los ejes del espacio-tiempo, necesarios por la diferencia con el hecho original, y se actualiza la historia. El rito usa un conjunto se símbolos para expresar y modificar el contenido del mito que revive, por lo que el contenido y significante del mito original varía según quien lo rescate para las nuevas generaciones.

Luego nos encontramos con los ritos que por su afan de actualización y razones de marketing o proselitismo, pierden contacto con el mito original. Poco tiene que ver el nacimiento de Jesus festejado el 25 de diciembre (corrido tal vez días, tal vez haya sido dos años antes) con la Navidad, un cocoliche y arrejuntamiento de fiestas paganas (para ganar fieles) presidido por Papa Noel, quien además de responder a tradiciones disímiles ha sido procesado por la
trituradora publicitaria de diversas multinacionales. Como resultado, la Navidad es un rito difuso que poco tiene que ver con la natividad, y sólo quienes se lo proponen en serio pueden hacer la conexión.


Nuestro espacio ritual fetiche es, por supuesto, la plaza de mayo, escenario central de nuestra tragedia, al que rodeamos como coreutas en busca de revivir al mítico Golem. Lo único que cambia es el tiempo mítico, ya sea 17 de octubre, 24 de marzo, o 9 de julio. Hoy en día creo que ya es imposible lograr un acuerdo sobre lo ocurrido el 20 de diciembre de 2001, no más de un lustro atrás. No obstante seguimos acudiendo a la imantada fuente de maná, porque la razón de ser principal del rito es revivir el mito para que su fuerza originaria nos inunde y tal vez se apegue hacia la causa de quien la llama. De invocarse propiamente, a través del oráculo, los objetos celestes se alínean sobre el héroe y lo hacen invencible. Por suerte, quienes suben al escenario son dueños de una pésima hechicería que les impide lograr su objetivo.
[El escrito anterior es el primero de una serie de tres artículos que sigue en El Mito y el Rito parte II: la distancia mítica y concluye en El Mito parte III: Cosas Imposibles]
2 comentarios:
Mañana es San Perón, dijo Mariano Plotkin y Dominique Wolton habló sobre los rituales políticos..
Todo un recuerdo de mis lecturas de pequeña saltamontes universitaria... cuando todavía no me hacía adicta al actimel de frutos del bosque
que post mas academico! :)
mis rituales obsesivos: fijarme todo el tiempo si tengo la cartera encima..... etcetc
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