Güarnin: El siguiente texto ha sido oficialmente declarado ilegible, y quien lo lea se merece el mayor de mis respetos por tener tanto tiempo al pedo.
Ok, so, entonces. Lo importante de ésta clase de puntos es no saber cómo carajo se llegó hacia ellos; es lo que los hace buenos. La magia de la inconsciencia dulce como garrapiñada en Retiro y el hecho de que si no se sabe cómo se llego no se sabrá a dónde, ni a dónde se va desde allí. No, porque da miedo, y sí, no quiero saber cómo. El mundo es bizarro y sólo querré saber cómo cuando el reuma me postré dentro de cinco años y a mis nietos les interesen mis historias de juventú. Porque voy a tener nietos a los 25 años, de posta. Luego no sé, pero en ese punto quiero contar mis historias.
Hokay, so, anyways. Estaba en este punto, sin saber como había llegado, y de repente nos encontramos. Viva Perón. Y Lucía Virginía Perón, a quienes los detractores llaman Martha Holgado, que nos sonreía desde un quiosco. Enfilamos para Sarmiento, que era oligarca y sordo, pero buena onda. Y nos gritaba desde el cielo, en forma de nube como James Earl Jones o Mufasa: "Bárbaros, las dos vacas no se matan." Fue cuafdra y media de caminata pero tal vez haya durado 7 años, quién sabe.
Entramos, gratis, gratis, coso, coso, beso, beso, ¿no, pete no? Bueh, la prósima. Y la barra, ah, la jarra gratis de cerveza, oh dulce cerveza. Gratis a $18, pero esa vuelta fue gratis así que va doblemente gratis. Y en ese punto fue uno de los tantos puntos, los tantos puntos en los que decía "no, no lo puedo creer, por el Pocho que no lo puedo creer. ¿Cómo carajo llegué hasta acá? ¿Qué hago?" y no, los dos caños, los sillones, las multitudes de jeropas y el coso. Nos sentamos al lado de José_Mac_Capo porque bueno, daba. A él sí le tocaba pete pero se ve que llevaba más tiempo que nosotros pichones. Y el Ron, pero no, ahora no importa el Ron. Sí, está carelli adentro, así que sí el Ron, pero no, por ahora no el Ron. La cueva está negra con luz negra, que es azul así que ni puta idea de porqué le llaman negra pero ahí la tenés, brillando con su negrura azulada y riéndose de todos los que somos daltónicos y existencialistas y por eso nos preguntamos si lo que vemos es del color que lo vemos, si la posta no la tendremos nosotros, si en realidad los colores no existen y la sociedad llega a un consenso de existencia por la no existencia de las cosas, porque si pienso y luego existo pero no hay nada que pase por la razón que no haya pasado antes por los sentidos y los sentidos míos están jodidos o son distintos a los tuyos ahí se nos va derecho al carajo la razón, y todas esas cosas que uno no piensa en un puterío.
Nos sentamos y aparece Daniel vestido de Susana. He visto travestis vestidos de Susana, bueno, de hecho he visto uno y éste es más feo. De hecho, es más feo que el stopper de Dock Sud hijo de María Martha Serra Lima cuyo padre no reconocido es Tevez. Mide dos metros y cuatro de ancho, me celebra la poronga a mí y a la mayoría de los presentes a pesar de que no la ve. Yo espero ansioso al duende verde que veo en todos mis sueños, a que pinte, se apriete la nariz roja y diga "Buenos mediodías caballeros" para luego desaparecer. Pero no. Y tras entrevistar a media asistencia comienza a cantar, vaya uno a saber impulsado por qué patada en el upite. Y el papa que se muere y Benedicto XVI pide que su trola tenga "un bello busto". "¿Ma' perqué, santo padre?". "¡Eh!¡Perque me piacce!". Pasa un submarino amarillo y un new age y empieza el primer baile. Y no, no puedo creer que tenga ese culo en mi nariz. Yo tendría que haber abandonado el secundario para recorrer el país en una siambreta tocando con mi banda de polka progresiva paraguaya, pero la verdad es que no sé porqué terminé, es como que no doy perfil de abandonador de la escuela, y además el bandoneonista era puto y alérgico al latex, peor destino imposible. Y el baile, oh por dios gloria divina sacrificada en sempiternos altares de Elvis dedicados a la octava musa que sacude la pelvis para mantener los cimientos del universo arriba de lomos de tortuga bañados en pinolux. Esas caderas. Primera, segunda pasada, pesebre. Danielcito, que vuelve y aparece en toda su gloria Rocío Dúrcal que dice que nada ha sido en vano, todo fue un engaño, qué clase de persona se cree que soy y etc... pero revienta con: "ASÍ SON LOS HOMBRES, TODOS SON IGUALES, PERO QUÉ BONITO SE SIENTE CUANDO UNO TE DA UN BESITO, TE DICE 'TE QUIERO' Y POCO A POQUITO SE METE ADENTRO Y SE VA HASTA EL FONDO DE TU CORAZÓN" y sigue "ASÍ SON LOS HOMBRES, TODOS SON IGUALES, PERO QUÉ BONITO SE SIENTE CUANDO uno te guiña un ojo y como una guitarra poquito a poco TE COGE TE COGE TE COGE y te hace una canción." Creo poder morir e ir al cielo así feliz de vivir la vida que acabo de vivir en la última media hora aunque arrepentido de no haber ido a la India y del hecho de que venderle mi cuerpo cremado a Nesquick no será suficiente para pagar mis deudas de juego y de mi adicción a los rulemanes confitados. No lo puedo creer por enésima vez en la noche, por la persona que tengo al lado (y aquí se aplica el hippy grito de "eeeeeeeeeh, tranquilo, persona, ubicate en la cósmica, humanizate) [creo que la retórica hippy debería ser un género literario] que no entiendo cómo estamos en ese lugar y no puedo creer la magnificencia de un travesti bovino haciendo temblar las tablas saltando como mono pasado de éxtasis al grito de TE COGE TE COGE TE COGE y meneandola. Otro baile, creo, y oh gloria de los dioses que me han puesto la empanada frente a mi rostro, que hice yo para merecer esto, gracias Cámpora y un jujeño/salteño/tucumano nos dice que sus amigos lo dejaron en banda y nos convida champán. Yo soy una de esas personas a las que la madre y la abuela les decía "no aceptes nada de extraños, no te subas a autos de extraños, no te subas a porongas de extraños y que te abran la bebida enfrente tuyo." Claro que después de que a uno le sirven tequila de una botella de vodka que parecía haber visto el mayo francés, medio que deja de preocuparse por esas cosas. También deja de preocuparse por su salud hepática. Por eso, y por ser unos inmorales de mierda ebrios que en otro momento hubieran terminado peteando por crack, le entramos al champú del jujeño/salteño/tucumano.
Oia, una paloma.
Hokay, so, estábamos entre cosos, travestis, más bailes y más alcohol. ¿Porqué estoy fumando? En mi puta vida de 20 cósicos años he fumado un cigarrillo de tabaco, por razones cósmicas que escapan a mi entender. Y ahora estoy con media caja de malboro light encima. ¿Razón? No hay razón. En un momento elegí no elegir la vida, diría el chabón de Trainspotting. Es más, lo dije acá mismo allá por noviembre, no a la vida sana, y estaba este tema. Encima luego en la semana no fumo, pero aquí escuerceo violentamente porque no me la banco para ser más que social. Pero posta que nunca, ¿eh?
Todos vivimos en un submarinoamarillosubmarinoamarillosubmarinoamarillo.
Y el manoseo. No entiendo nada. ¿Porqué a mí? Me lo merezco, pero para tanto?
Cuestión que estaba fumando, no marimba. Y aparece ¿Bardhal? No sé, pero traía alcohol. ¿Era otro new age? ¿Era realmente un frizzé? ¿Era la guitarra de Lolo o la poronga de Otto? Creo que le entré a todas las cosas que eran lo anterior. Como era inevitable, fisuré. El ron, ese fucking Ron. No, claro, porque la bebida está cara ahí adentro y mejor me tomo algo antes de ir y laputamadre no hay nada, y bueno, apelemos a nuestra vieja amiga la bebida blanca, compañera de cirrosis que siempre abunda en la licorera. Y uno venía pisteando como un campéon con el ron en botella de agua en el 60 chupando y así le va. Que la birra, que la birra, que el champán, que la birra, que el frizzé, que el bardhal, y bueno, cosas que pasan. No me arrodillé porque soy un hombre que fisura de pie, como Alejandro Casona y su quebracho. Salían mariposas de colores, lo cual no es ninguna novedad. El día que vea mariposas en blanco y negro ahí me voy a sorprender. Claro, uno educa a sus hijos, les lava el cerebro con ositos cariñosos, dragonbol, mariposas y paco y después se hacen drogadictos, fisuran en los baños y mueren un poco por dentro porque les falta caracter y espina y las mariposas son en realidad unos gusanos de mierda podridos como el carajo que se van al once a ponerse cortinas floreadas y pimpearse las alas. Y yo fisuraba y fisuraba y cantaba Get Back y el constipation blues, que es una cosa maravillosa y afuera los culos y yo estoy aquí, borracho y loco. Y no, todo no, yo así no puedo, diría Mirtha y uno se tiene que aguantar la felicidad y a veces está más que bien y Cámpora te bendice con su bilis hasta que viene Balbín y te caga porque tanta alegría seguida me va a hacer mal. Caaaaalma. Tengo un ritmo loco que no puedo controlar. Cuando uno viene pisteando como campeón puede ser que se zarpe de alegría y en comunión con el universo de felicidad alineada por la espina derrapemos al carajo.
Y perecí. Me arrastré. Pasando los culos, los pajeros, más culos, más minas en bolas, el caño, la bebida, las papas fritas perecidas de José_Mac_Capo, las lucecitas de pasillo de cine que adornan el escenario y te coge te coge te hace una canción y el DJ y las tablas y rasguña las piedras y yo flotando. ¿Estás bien? Mejor que nunca. Y me encajan una guía del turista de Buenos Aires por más que viva acá hace 4 lustros y salimos por la puerta y Charly ve caer a otro en cumplimiento del deber. La media cuadra por sarmiento es épica, homérica, y yo había ido a comprar puchos al almacen y me habían mandado al quiosco, como si hubiera cagado en una vinoteca. Y por enCallao corría el rio de autos y la cofradía del coso, porque era sábado, o viernes, lo cierto es que correspondía pistear y ellos lo estaban haciendo, con las chapas que se fundían sin tocarse en responso a una sinfonía wagneriana y yo estropeado yendo a tomar el 60.
Y me subo, y Gatica me sonríe porque esta vuelta no me tocaba a mí, pero digo la pucha sigo fisura y me bajo y le entro a agregar aguas al edificio de aguas argentinas y me tomo otro 60 y me siento en la ventana y vomito por afuera las 354564246977111 que me separan de mi casa pasando por todos los puntos y de punta a punta te gomito floreado y con espinas, dadaísta, jackson pollock, con energía desganada y haciendo firuletes porque el fileteado porteño no estaba reinvetado y qué vamos a hacer sin piazzola. Ah, Piazzola y la música en MP3, la música no es una caja pero la ponés en una caja de fósforos y te salva la vida. Puente saavedra. No Escobar, no Pilar, no sé cómo hago para no pasarme, pero no, me bajo, y como algo, o no, pero derrapando como un campéon agarro Maipú, Zufriategui, Avellaneda, cruzo la reja porque soy agua y apago la luz, abro la puerta y la mierda quien me puso estas escaleras de mierda acá. Y las subo, y las cortinas y me cago en efecto polaroid de los elefantes rosas y fisura me desvisto sin asesinarme y me arrojo con mi humanidad entera en la cama, así locamente.
***
Me desperté a la mañana siguiente. Siempre duermo poco en estas ocasiones. Veo una guía de turista de Buenos Aires sobre mi escritorio. Ella no sabe cómo llego a ese punto, ni a dónde irá desde allí. Yo estaba en su misma situación. De repente recuerdo. Y sonrío.
Impresiones desde lo más profundo de mi pelvis.
Facundo Javier Falduto
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