Publicado por Facundo Falduto en Perfil.com
Las posibles causas de la tragedia del vuelo AF447 de Air France, que desapareció sobre el Océano Atlántico con 228 personas a bordo, siguen siendo un misterio. Mientras continúa la búsqueda de los restos del avión y sus cajas negras, y cobra fuerza la teoría del atentado, aparece una posibilidad remota de que la aeronave haya sido golpeada por un meteorito.
Al menos 3.000 meteoritos por día llegan a la tierra, pero la mayoría de ellos se desintegra en la atmósfera superior. Muy pocos, unos 500 por año, se encuentran enteros sobre la superficie terrestre. ¿Cuáles son las posibilidades de que uno de ellos choque contra un avión? La revista de ciencia Discovery estima que, con 18 millones de vuelos anuales, la probabilidad de que una aeronave haya impactado con un meteorito son del 0,051 por ciento. O sea, una en veinte durante los últimos veinte años, según el cálculo de Discovery.
Incluso podría ser la segunda vez que ocurre: en 1996, un Boeing de la empresa TWA partió desde Nueva York hacia Paris y cayó al mar poco después del despegue, lo que provocó 230 muertos. Se especuló con un atentado, un misil y una falla de la aeronave, pero cuatro años después los investigadores no llegaron a una conclusión definitiva. Entonces, dos profesores de la Universidad de Columbia sugirieron que el causante podría haber sido un meteorito.
Si bien las probabilidades son escasas, los accidentes provocados por rocas espaciales existen: En 1954, una mujer fue golpeada por un meteorito en su casa de Alabama, Estados Unidos, el único caso de ese tipo registrado en la historia. Algo parecido ocurrió en 1993, cuando otro meteorito chocó contra un automóvil en Nueva York.
Todavía es pronto para saber qué ocurrió con el vuelo AF 447 de Air France. Hasta ahora, los investigadores manejan las teorías de un atentado terrorista y un desperfecto técnico. Incluso se propuso que el avión podría haber sido golpeado por un rayo , aunque luego quedó demostrado que eso no puede haber derribado el Airbus A330-200
"La hipótesis del meteorito es muy poco probable", afirma Mariano Peter , de la Asociación Entrerriana de Astronomía. Sin embargo, eso no quiere decir que sea imposible: Peter cree que, por la cantidad de cuerpos celestes que ingresan a la atmósfera a cada minuto, la posibilidad de impactar con un bólido existe, aunque sea remota.
"Un meteorito no es sólo una roca que se pueda encontrar, hay muchos elementos más pequeños que se desintegran antes de tocar el cielo", sostiene el astrónomo, y agrega que, por ejemplo "las estrellas fugaces que se ven todas las noches son objetos que no llegan a tocar tierra porque se desintegran en el aire, por ende no pueden chocar con un avión".
El daño provocado al avión "depende del tamaño del meteorito", aunque Peter asegura que "no necesitan ser muy grandes para atravesarlo". Las rocas espaciales viajan a muy altas velocidades y pueden llegar hasta 8.000 kilómetros por hora: "Un avión está presurizado, y con eso alcanza para despresurizarlo", sostiene. "Además, si tiene mucho combustible también puede estallar".
" No hay ninguna evidencia de que haya pasado, por lo tanto no se puede hablar de teoría, apenas se sabe que el avión se cayó y no la causa", replica Mariano Ribas, coordinador del área de Astronomía del Planetario porteño. "Más del 99% de los cuerpos espaciales que llegan a la atmósfera son del tamaño de un grano de arena, o menores, y son absolutamente inofensivos", sostiene.
Sin embargo, el astrónomo planetario dijo que si el fragmento de roca es "del tamaño de una bolita" en ese caso podría hacer daño. "Un meteorito del tamaño de una moneda podría tener consecuencias devastadoras en cualquier tipo de objeto". Si chocase contra un avión "podría destruir las alas, o el fuselaje". No obstante, concluye, las posibilidades de que eso ocurra son ínfimas.
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